La primera sesión es la toma de contacto: acordamos objetivos, explicamos cómo trabajamos (TCC/ACT) y recogemos la información necesaria para proponerte un plan breve y claro.
Depende de la problemática y de tu implicación. Con protocolos actuales, muchos casos se resuelven en varios meses, revisando objetivos y progresos periódicamente.
Sí, trabajamos también online por videoconferencia, con pautas y seguimiento equivalentes a la consulta presencial.
Sí, el coste es el mismo para ambas modalidades.
El psicólogo clínico evalúa y diagnostica; los informes periciales para procesos judiciales suelen requerir un especialista en psicología forense.
Puede ser útil para evaluar la situación familiar y asesorar al juzgado sobre medidas como regímenes de visitas. El abogado valora si procede un pericial.
Cuando el estado psicológico afecta a la valoración de hechos en un procedimiento. En familia, orienta sobre visitas o guarda y custodia, siempre priorizando el interés del menor.
No. El psiquiatra es médico y puede prescribir; el psicólogo interviene con técnicas psicológicas (TCC/ACT). A menudo trabajamos de forma coordinada.
No. La baja médica la emite un médico. El psicólogo puede recomendarla cuando procede.
A cualquier edad. En niños pequeños, la intervención suele centrarse en orientación a familias.
No. Rige el secreto profesional. Solo con tu consentimiento explícito o de forma anonimizada con fines docentes/científicos.
No, Trabajamos de forma privada para garantizar libertad terapéutica y personalización del proceso.
Por supuesto. Nuestra práctica se basa en una psicología afirmativa LGTBIQ+, inclusiva y respetuosa con la diversidad.
La tristeza es una emoción pasajera; la depresión implica síntomas intensos y mantenidos que interfieren en tu vida diaria. Ante la duda, valora con un profesional.